Se trata de un factor que debe recibir una consideración especial cuando se trata de niños, adolescentes y, sobre todo, de estudiantes. Garantizar un consumo adecuado de agua es crucial para empezar el día de forma saludable, ya que el tiempo de estudio tiene efectos específicos sobre el rendimiento físico y mental. Por ello, enseñar a los niños las necesidades de agua y cómo satisfacerlas desde el principio es crucial para su formación.
La importancia de que los niños beban agua
El complicado tema del equilibrio hídrico varía en función de la edad, el peso corporal y el grado de actividad física. Es posible resumir todas las variables que confluyen en esta ecuación diciendo que cuanto mayor es la ingesta calórica, mayor es la demanda de hidratación.
El factor del desarrollo también interfiere en el caso de niños y adolescentes. Por lo tanto, el consumo de agua es crucial en las instituciones educativas para promover prácticas de alimentación saludables, ya que facilita la absorción de minerales, vitaminas y otros elementos que garantizan el crecimiento en un ambiente sano.
En comparación con los adultos, los niños deben beber más agua. Si se compara su peso con la cantidad de líquido que pierden, la proporción es significativamente mayor aunque la cantidad de líquido ingerida sea menor. La orina de los niños tiene una concentración menor, lo que significa que para que excreten la misma cantidad de toxinas, también deben excretar más líquido, lo que acelera el proceso de deshidratación.
Nuestro cuerpo necesita más agua cuando realiza tareas como estudiar. El agua tiene un impacto significativo a la hora de mantener la concentración y mejorar la memoria, independientemente de la edad. El consumo de agua es un hábito muy beneficioso para nuestra función cerebral y hace maravillas en épocas de exámenes. Dado que beber agua mejora el flujo sanguíneo al cerebro, aumentará nuestra capacidad de cognición y nos permitirá formar conexiones mentales más rápidamente.